Desde el pasado mes de agosto Mamá y Yo vive su segunda
aventura en Santa Cruz desde la calle Viera y Clavijo, 30. La tienda de moda
infantil, de la sociedad formada por Ana Cubillo y Fabiola Rehl, se encuentra ahora
en un espacio más reducido pero mantiene la misma filosofía en una clara
apuesta de “que los padres salgan satisfechos por los artículos de calidad que
pueden encontrar para sus hijos y la atención personalizada que se les ofrece”.
“Una tienda de niños hecha para niños”. Así resume Ana Cubillo la esencia de este nuevo espacio de Mamá y yo, donde el diseño y la decoración han corrido a cargo de las propias empresarias; desde el verde de su césped artificial hasta las setas y el camello de papel maché que podemos encontrar repartidos por todo el local.
Respecto a la ropa; color, calidad y comodidad vuelven a ser las tres
características que definen las prendas ubicadas en los percheros y estanterías
de la tienda, moda que según Cubillo “son ideales tanto para padres como hijos por
su resistencia y facilidad para lavar”. Además de reconocidas marcas europeas
como Olily, CakeWalk y Hatley, en Mamá y yo también hay sitio para una amplia
selección de artículos artesanales como collares de lactancia, patucos y letras
de fieltro o hadas, entre otras cosas. “Apoyamos la artesanía local ofreciendo
un punto de venta a todos aquellos que hagan cositas acorde a nuestra tienda”,
afirma la empresaria.
Uno de los principales cambios ha sido el de tener la peluquería con carácter permanente,
debido al gran número de personas que demandaban este servicio, la peluquera de
Mamá y Yo corta el pelo todas las semanas de martes a sábado. “Siempre con
cita. Nos gusta dedicarles tiempo a los niños y no queremos que se formen largas
colas”, avisa Ana. “La peluquería ha gustado mucho y tiene bastante movimiento,
tanto es así que como anécdota cuento que la abuela de una niña decidió
cortarse el pelo al ver lo guapa que quedó la nieta”, recuerda con risa.
Por último, cabe destacar la influencia de Mamá y yo en la dinamización de la zona
comercial, es raro no ver un juguete frente a su tienda para que los niños
puedan jugar en la calle mientras sus padres compran. “El público de esta zona
es muy familiar, creemos que muchas actividades deben ir enfocadas a los niños porque los padres se mueven por sus
hijos”. En este trabajo adelanta que “estamos preparando con empresarios de la
zona una serie de cuentacuentos a celebrar un par de veces al mes”.
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