Nos podemos acordar del comienzo de aquella famosa canción
de Café Quijano para hablar de este negocio, se llama (La) Lola y tiene historia.
Una historia más como la de cualquier persona que se lanza a la aventura de
emprender y Mar Feal, propietaria de esta tienda de la calle Pérez Galdós,
no iba a ser menos.
Antes de La Lola, Mar trabajaba en la banca, era directiva de una conocida caja
de ahorros de Galicia que aceptó trasladarse a Canarias para abrir nuevas
sucursales; lo que no sabía es que ese billete no tendría vuelta, ya que cuando
tuvo que volver a su tierra no consiguió adaptarse a su anterior vida en el
norte de España. “Me acogí a un ERE voluntario y volví a Tenerife, el lugar
donde queríamos estar mi familia y yo”, afirma la empresaria.
“A mi edad es difícil encontrar trabajo, así que me decidí a emprender en algo
que siempre me ha gustado, la moda. A pesar de venir de un mundo muy diferente,
si es verdad que mis compañeras de trabajo les gustaba como vestía y me pedían
consejos”, recuerda Feal. En esta aventura se decantó por la empresa La
Lola, con quienes firmó un contrato de colaboración y le ayudaron a empezar en
este mundo semidesconocido para ella, hasta inaugurar su primera boutique en
pleno centro de la ciudad.
La Lola es una boutique multimarca con la peculiaridad de que cada tienda es
diferente a la otra porque cada gerente decide las firmas que desea tener en su
negocio. “Si tuviera que definir lo que puedes encontrar aquí es ropa casual
de tendencia, además de zapatos, bisutería y complementos. No sé si es acierto
o coincidencia pero muchos de los modelos que he traído han aparecido en varios
medios de comunicación porque los llevan muchas famosas”, comenta Mar. En este trabajo navega por los blogs de moda y
asiste a desfiles y eventos relacionados de moda. “Muchas de mis marcas son muy
conocidas fuera de España y por gente que sigue la actualidad de la moda. No
puedo garantizar exclusividad pero si es verdad que traigo pocas piezas de cada
modelo y cuando se terminan no vuelvo a traer más”, sentencia.
Haciendo un balance de estos meses dice estar “muy contenta y agradecida porque
me he implicado con mi proyecto y los clientes se han percatado de que soy
honesta”, aunque asegura que “a veces
tengo la sensación de que mucha gente no entra a la tienda porque piensa que es
cara”. Cualquiera que se acerque a La Lola se da cuenta de que muy pocos
artículos sobrepasan la barrera de los 100 euros porque, según manifiesta la
empresaria gallega, “no quiero productos caros sino una buena relación calidad-precio.
Me interesa la rotación de artículos para que los clientes pueden encontrar
cosas nuevas cada semana”, finaliza.
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