martes, 13 de enero de 2015

Las empresas de SOHO: Sepia Estudio




36 años de experiencia y madurez es lo que le diferencia de aquel quinceañero que cogió una cámara de formato 110 para dedicarse profesionalmente a la fotografía. Empezó como freelancer en el mundo de la moda y de la publicidad pero  necesitaba  dedicarse a lo que realmente le apasionaba, la fotografía infantil.

Antonio Sepia
es de esas personas que disfruta con lo que hace porque hace lo que le gusta. Un gran estudio de 300 metros cuadrados, repartidos en tres plantas, ubicado en la calle Teobaldo Power, le permite plasmar todas las inquietudes que tiene como profesional de la fotografía.

Cada planta de Sepia Estudio está pensada para los principales protagonistas de las fotos de Antonio, los niños. Por este motivo, el estudio cuenta con zona de juegos y está decorado con elementos infantiles. “Este ambiente permite que los niños se encuentren a gusto y tengan confianza”, comenta Sepia. "Trabajar con niños es más fácil de lo que realmente la gente cree". Hay que saber entenderlos para que se relajen y disfruten en las sesiones. El tiempo es lo de menos, lo importante es que el resultado sea bueno; yo personalmente me lo paso pipa con ellos”, cuenta Antonio.

Los cuatro platós y la gran variedad de atrezzos y decorados abren un gran abanico de posibilidades al fotógrafo a la hora de escoger la sesión para cada niño. “Antes de cada sesión intento conocer al cliente y sus circunstancias para saber que contar, no consiste en pulsar un botón sino contar algo a través de las cámara. Quiero contar a mi cliente como es su hijo”, declara el dueño de Sepia.

Respecto al tipo de sesiones y tarifas, Antonio dice que “hay sesiones ajustadas a las necesidades y los bolsillos de cada cliente”. La sesión más solicitada es Diseño plus silk, una sesión muy completa con fotos en diferentes decorados que se presenta en una caja, que contiene la sesión encuadernada en plantillas de diseño con papel de seda junto a un pen drive, un certificado de autenticidad y una tarjeta codificada para garantizar la seguridad de las fotos. “La decisión de elegir materiales de alta calidad no es una cuestión económica, ya que los beneficios son menores. Lo hago porque detrás de cada trabajo está mi firma y mi reputación depende del producto que vendo”, afirma el lagunero.

En Sepia Estudio siempre están trabajando para ofrecer productos y servicios nuevos a sus clientes. “No nos encasillamos en medidas estándar, trabajamos en las medidas y el formato que desee el cliente. Podemos poner sus fotos en un lienzo como en un store, por ejemplo; es impresionante la cantidad de cosas sobre las que se puede plasmar una foto. Por eso, siempre digo que vengan a conocernos y vemos que se puede hacer, todo tiene solución”, explica Antonio. A finales del año pasado presentaron una nueva gama de productos, bajo el nombre de Polamanía -divididos en Polakit, Polapack y Polapóster-, emulando el tradicional formato de las fotografías de la cámara Polaroid y dirigidos a hacer un regalo original y obligarte a escoger entre todas esas fotos de tu móvil y tablet que se quedan almacenadas, por largo tiempo, en ambos dispositivos.. “Muchos de nuestros productos surgen a raíz de la petición de nuestros clientes”, añade.

Una de las cosas que más le gratifica es que la gente siga contando con su servicio y como él dice “le permitan formar parte, de alguna manera, de su familia”. “Recuerdo un chico que me llamó para hacerle el reportaje de su boda y me contó que le había fotografiado en su bautizo,  son cosas que te enorgullecen porque has estado en los momentos más importantes de su vida”, recuerda con emoción.

Por último, Sepia dice que “su mentalidad no ha  cambiado a pesar del cambio de la fotografía analógica a la digital. “Era un tren que los fotógrafos debíamos coger, era reciclarse o morir. Para mí sólo es una herramienta nueva que he incorporado a mi trabajo, sigo pensando como un fotógrafo”, concluye.

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